
Aunque la primera impresión sea de rechazo, algunas especies de larvas dìpteros (vulgarmente conocidas como moscas), como la especie Lucila sericata, se utilizan para curar heridas. Dicha especie es necrófaga (es decir, se alimenta de tejidos muertos de cadáveres), y es ese hecho peculiar el que ha llevado a emplearla para curar quemaduras, llagas y heridas gangrenadas. Diversos hospitales en EEUU y Europa han comenzado a emplear esta técnica,...