jueves, 13 de noviembre de 2008

El Cerebro ( y III): hablar con el pensamiento


En alguna ocasión, os he hablado del un blog que se llama Apuntes científicos desde el M.I.T. y que lleva Pere Estupinyá. En su última entrada cuenta la historia de Eric Ramsey, un joven de 24 años incapacitado tras un accidente. Pues bien, a Eric le colocaron un implante en el cerebro, que escucha el sonido que está pensando, captura la señal neuronal y la envía a un aparato situado fuera de la cabeza que interpreta el sonido enviado y lo envía a un sintetizador para que lo emita a los oyentes.
De acuerdo, los sonidos son rudimentarios.
También cuenta el caso de Scott Mackler, un neurocientífico a quien una enfermedad degenerativa le ha dejado sin la conexión del sistema nervioso con los músculos. Lleva un casco que registra sus pensamientos y, así, cuando piensa en una letra, ésta aparece en la pantalla. Letra a letra, a unos 20 segundos por cada una de ellas, va construyendo frases con las que relacionarse con la gente de su entorno.
A Cathy Hutchinson le han implantado electrodos directamente en la región motora que le permiten mover en su mente un cursor en la pantalla del ordenador.
Estos casos dejan en mantillas al Paciente Terminal al que aludíamos en anteriores reseñas.

lunes, 10 de noviembre de 2008

El cerebro (II) y los genes







En la nota anterior acababa con la referencia de un libro de Michael Crichton. Tenemos que lamentar su pérdida justo al día siguiente de escribirla. Desde una ciencia ficción muy bien documentada, ha conseguido colocar multitud de temas científicos dentro del imaginario popular.

Siguiendo con los hilos del cerebro, y las diferencias entre hombres y mujeres, la noticia siguiente da cuenta de estudios que refieren una organización diferente de algunos circuitos cerebrales que dan como resultado una sensibilidad diferente al dolor y un uso también diferente de los analgésicos. También parece probable que muchos estudios anteriores no estén correctamente diseñados.

Las investigaciones sobre el cerebro apuntan en muchas direcciones, y en el Instituto de Neurociencias de Alicante nos hablan de los genes necesarios (¡la mitad del genoma!) para organizar correctamente la infinidad de neuronas del sistema nervioso y de cómo algunas de ellas son capaces de recorrer grandes distancias para encontrar la célula con la que conectar, la famosa neurona que inerva el dedo gordo del pie.

Hablando de genes, ya puedes conocer tu propio genoma por unos 8.000 €, y será un precio que vaya bajando.

En la revista Nature publican el descubrimiento de unos científicos españoles: unas tijeras que permiten cortar tramos del ADN a voluntad.

Por último, un grupo de científicos en Valencia han determinado desde cuándo anda trasteando el virus del SIDA. La empresa tiene su propia Wiki.